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OTROS DIRECTORES

Vida y obra de un gran Maestro de la Música: Alberto Escámez

Torrevieja nunca podrá olvidar al maestro Alberto Escámez, afamado maestro y compositor que  llegó a nuestra ciudad en 1954, donde vivió hasta su fallecimiento en julio de 1970. Nos dejó algo esencial para toda persona nacida en esta tierra “el amor por la música”. Y es aquí, en el cementerio de nuestra localidad, donde reposan sus restos.
Alberto Escámez es una figura poco conocida para los nuevos músicos que año tras año se incorporar a la Unión Musical Torrevejense, incluso para una parte del público, amante de la música, que sigue a nuestra agrupación, apenas les suena su nombre. Pero, aun hoy anda fresca la pasión con la que desarrolló su labor y su obra, mientras estuvo al frente de la Unión Musical Torrevejense.
Como director de la banda y compositor, es uno de los principales referentes de la música, de mediados del XX para la familia de la Unión Musical Torrevejense. Los datos y fechas que aparecer a continuación, forman parte de lo publicado en la Revista del Archivo Municipal de Torrevieja “Ad Turres nº 3”, donde se hace un recorrido, a través de la larga historia de la Unión Musical Torrevejense, los orígenes, evolución e historia hasta el año 2002. En el caso del maestro Escámez se detallan los objetivos que alcanzó durante su periodo como director, y los testimonios de los protagonistas que convivieron con el Maestro durante los el tiempo que estuvo al frente de la banda como director. 
Pero la historia de Alberto Escámez se sale de las historias comunes. Nació en Linares (Jaén) el 4 de febrero de 1896. Siendo muy joven y por motivos familiares, debió trasladarse a Málaga, allí fijaría su residencia y viviría hasta los años cincuenta. Su camino estaba perfectamente marcado: se incorporaría a la vida militar, haciendo de ello su profesión, en el Arma de Artillería como músico. La cosa parecía estar clara y es difícil luchar contra las pasiones, y la pasión del maestro Escámez fue desde siempre la música. Comienza en Málaga a componer marchas procesionales para la Banda del Real Cuerpo de Bomberos en los años 20, siendo el primer autor en componer marchas procesionales para el género de las Bandas de Cornetas y Tambores, provocando una auténtica revolución. Tras su estancia en Málaga (hasta el año 1950), cambió él mundo de las cornetas y tambores por el de las bandas de música. En este caso el destino sería Adra (Almería) donde fue director de su Banda Municipal. Aún así no se olvidaría de Málaga, realizando marchas como: El Cristo del Rescate (1951) o La Virgen de la Esperanza (1952), firmadas ambas en Adra.
Por otro lado, su faceta de director la compaginó con la dirección a su vez, de la "Unión Musical Torrevejense". Estuvo al frente de la misma desde 1954 hasta 1964. En esa época compuso una marcha fúnebre dedicada a la Agrupación de San Pedro Apóstol de la cofradía California de Cartagena (Murcia) en 1959. De su paso por la Unión Musical Torrevejense, podemos destacar del Maestro Escámez, el ordenar al estilo militar que impuso a la distribución de los instrumentos dentro de la banda (método que ya existía en las bandas sinfónicas). Su paso por la banda de alabarderos, donde era el primer saxofón, le sirvió para implantar en la Unión Musical Torrevejense, ésta disposición más acorde con las bandas de música: los instrumentos más suaves en primera fila y los otros superiores, así como los metales atrás.

RECUERDOS IMBORRABLES

El 1 de enero del 1954, la banda se encontraba en uno de sus mejores momentos, cuando tomo la dirección el Maestro Escámez. Logró un gran número de educandos, contando con 41 plazas. Recibió felicitaciones de Massotti Litte y el embajador de Cuba en el certamen de Habaneras del 55. Datos que fueron publicados en el semanario Vista Alegre, el 25 de septiembre. Se ha llegado a decir que con él se creo la orquesta de la Unión Musical, que posteriormente se llamó “Juvent-Jazz”. Esta orquesta unida a la Unión Musical Torrevejense, celebraba bailes en la sede social, obteniendo dinero para adquirir el local, cuya compra se estaba gestionando por entonces. Igualmente Escámez realizó una modificación en los uniformes, pasando del gris, al azul marino. Dada la escasez de dinero el cambio no fue tal, en realidad lo que se hizo fue teñirlos.
Sin duda la época durante la cual Escámez dirigió la banda, esta tuvo un gran florecimiento, aunque es justo decir que los músicos veteranos no cedían su lugar a los jóvenes que venían empujando. Incluso se cuenta que estos últimos dejaban en los atriles notas diciendo “Dejen paso a la juventud”. Entre las anécdotas de la época José A. García Velasco (Pepe el Choto) cuenta algunas, como la vivida con la orquesta “Juvet-Jazz” la Nochevieja del 1962 en San Pedro del Pinatar. O las vivencias de otro miembro de la banda, Antonio Coral Martínez y su relación con D. Alberto del que afirmaba “era padre, maestro y todo”. Tras todas esas historias se adivina que la figura de Escámez ha dejado una honda huella. Fue un director capaz de enseñar a sus alumnos, no solo a tocar un instrumento, también se apreciar la vida. Se le recordará como una excelente persona, un gran profesor y extraordinario pedagogo, formador de buenos músicos entre los jóvenes torrevejenses.
Escámez también tuvo palabras de admiración y agradecimiento para Torrevieja y su gente como se refleja en la primera entrevista que concedió al cumplir un año de su nombramiento como director de la banda de música, publicada en el nº 5 del Vista Alegre de 26 de junio de 1955.
Sin duda aquel fue un verano donde sucedieron acontecimientos trascendentales para la historia de Torrevieja, y evidentemente la Unión Musical Torrevejense estuvo presente. Fue la celebración del I Certamen de Habaneras. La UMT estuvo presente en los actos, pasacalles, baile popular, gran baile en la Sociedad Cultural Casino de Torrevieja. Pero fue precisamente en el Corpus Chisti  de 1956 la UMT cuando se estrenaron los nuevos uniformes.
El Maestro Escámez prometió en su toma de posesión, que en cinco años Torrevieja tendría una banda de música digna de su abolengo artístico. En realidad lo consiguió en dos años y un mes. De hecho se recordó por largo tiempo los aplausos recibidos por la banda el día del Corpus de ese año. Los cambios marcados fueron calificados de radicales. Los éxitos en esa época se sumaban, pero es necesario poner de manifiesto que la labor desempeñada por el Maestro, en cuanto a educación, disciplina y formación de los músicos –cada día más jóvenes-, hacia posible que las filas de la banda fuesen cada día más numerosas. Incluso llevó a alcanzar muy buenas calificaciones, aquellos que están bajo su dirección.
En 1960 se nombra una nueva junta directiva y se da la curiosa circunstancia que el Maestro Escámez es nombrado tesorero, teniendo a su cargo la dirección artística y administrativa de la entidad. La razón, muy sencilla: su honestidad y honradez lo llevan a desempeñar esta gestión. Comenzaba una buena andadura para el maestro, que lo llevaría a obtener diversos reconocimientos por su labor al frente de la banda. La publicación Vista Alegre se hacia eco de todos los acontecimientos en esta época, relacionados con la UMT y los músicos que alcanzaban buenos triunfos dentro y fuera de la localidad. En el año 1963 deja el cargo de Tesorero. Año en el que comienzan las obras de reforma y ampliación en el local recientemente adquirido por la UMT, que se alargarían durante doce meses. Este tema deterioro la relación entre el presidente de la entidad, en ese momento José Albentosa Gil y el director Alberto Escámez, llegando a dimitir de su cargo este último.
Desde ese momento Alberto Escámez dejó la actividad musical, aunque siguió caminando por nuestras calles y residiendo en Torrevieja hasta el final de sus días. Su obra es extensa llegando a  crear marchas procesionales como las escritas para banda de Cornetas y Tambores (dedicadas en su mayoría  a imágenes malagueñas):  "Nuestra Señora de Consolación y Lágrimas" (1922), "La Dolorosa" (1926), "Virgen de los Dolores" (1926), "El Santísimo Cristo de la Sangre" (1928), "Al Pobre Zaragoza" (Virgen del Buen Fin) (1930), "Virgen de la Paz" (1940), "Ntra. Sra. de la Caridad" (1944), "El Cristo del Rescate" (1951), "La Virgen de la Amargura" (1952), "La Virgen de la Esperanza" (1952), "Virgen de Linarejos" (1956), "Cristo del Amor", "El Ángel", "Cristo viejo" (Cristo de la Buena Muerte); entre muchas más. Algunas de estas han sido posteriormente incorporadas a Sevilla por medio de la banda de la Policía Armada, cambiando sus nombres de manera exprofesa. Entre paréntesis, los nombres por los que fueron conocidas en un primer momento en Sevilla. Su labor como compositor fue tan intensa como la de director. Incluso algunas de estas obras son prácticamente inéditas hoy en día. Lo cierto es que un músico y compositor como Alberto Escámez, consiguió hacer de su pasión su forma de vida en una época en la que ser artista no era algo sencillo.
Hoy, aquellos que estuvieron a su lado, y quienes lo han conocido a través de su música, desean rendir este merecido homenaje a un gran Músico, y esperando la señal de su batuta, podríamos decirle:
“Maestro, la banda y amigos están preparados”

Antonio Coral Martínez,
Loly Coral Sánchez
Domingo Gálvez Gómez
Eutimio García Martínez
José Antonio García Velasco
Francisco Gómez Andréu
Francisco Grau Vegara
Antonio Guerrero Martínez
José Huertas Andréu
Vicente Huertas Soler
Eugenio Maciá Escámez
Manuel Mañogil Lucas         
Joaquín Martínez Aniorte
Antonio Morales Gálvez
Manuel Pizana Sala
Lorenzo Poquis Montesinos
Juan Pujol Torremocha
José Quesada Aniorte
Salvador Quesada Aniorte
Francisco Segarra Torregrosa
Eusebio Solano García
Ernesto Torregrosa Pérez
Jesús Villena Ors
Y un músico anónimo

Finalmente, Alberto Escámez nos dejó en julio de 1970. Pero quiero cerrar este articulo con las palabras de otro compositor, Robert Schumann: “La música es el lenguaje que me permite comunicarme con el más allá”

Encarna H. Torregrosa